PAZ, Octavio. Arenas
movedizas.
Madrid: Alianza Cien, 1994.
PAZ, Octavio “Mi vida con la ola” en Arenas movedizas.
Madrid: Alianza Cien, 1994. p.p. 12 -16.
Les comparto el link en donde pueden encontrar el texto del que realizo la siguiente reseña: http://escritoscarolina.wordpress.com/2007/05/09/mi-vida-con-la-ola-octavio-paz/
RESEÑA: MI VIDA CON LA OLA
Octavio Paz uno de los grandes de la lengua hispánica,
cuya obra está reconocida como uno de los
más impresionantes esfuerzos de creación e interpretación cultural de la
modernidad1, entregó a los amantes de la
literatura en el año 1949 su obra ¿Águila o sol?, una de las cinco secciones de
su texto Libertad bajo palabra
(1957). Caracterizada por el cuento corto, introduce a los lectores en un
sinfín de imaginarios y realidades subjetivas en todo su esplendor, en éste,
incluye diez cuentos y una pieza en un acto basada en un texto de Nathaniel
Hawthorne, cada uno de ellos, con una originalidad basta en recursos literarios
y con grandes posibilidades
interpretativas. Los personajes de las obras cuentan con una clase de azar
electivo como lo plantea en el marco del surrealismo, su gran amigo de tertulias
André Bretón pues cada uno de los personajes encuentra en el mundo, la posibilidad
de existir en la casualidad inducida, en el caso de Ramo Azul, el protagonista es atacado por un demente que quería
robarle sus ojos para obsequiárselos en un ramo a su novia, o el caso de don
Pedro, protagonista de maravillas de la
Voluntad que repetía diariamente a los asistentes a un café - ojala te mueras y finalmente un día
dijo: - Ya lo maté.
En éstos diez cuentos cortos no podría dejar de lado mi vida con la ola, texto que causa gran
sensación en el lector, ya que como aporte
mismo del surrealismo, se evidencia el redescubrimiento de la fantasía y la
imaginación como territorio importante para poetizar, pues su protagonista
describe como una ola se agolpa a su regazo y decide vivir en su mundo, expresando:
le expliqué que no podía ser, que la vida
en la ciudad no era lo que ella pensaba en su ingenuidad de ola que nunca ha
salido del mar (…) intente dulzura, dureza, ironía”. Aun así ella se quedó con
él, ya no podía regresar al mar. 1
De esta forma empieza a narrar sus aventuras amorosas con
la ola, de cómo intentó trasportarla en un tren, vertiéndola en el depósito de
agua, fue juzgado por intentar envenenar los pasajeros y finalmente
encarcelado, tiempo después de cumplir su condena, vuelve a su hogar, encontrándose
con la sorpresa de que allí lo espera su amiga, quien logró escapar y
hospedarse en su casa.
Aquella ola cambió su vida, indica, pues esta ola adornó
su casa de luz, de sonido, de vida, Paz en boca del protagonista nos musita: “todo se puso a sonreír y por todos lados
brillaban dientes blancos (…) el amor era un juego, una creación perpetua” lo anterior nos podría acercar desde la
metáfora al enamoramiento, al placebo de la compañía; el autor entrega a los
lectores una analogía de dicha ola con la mujer, indicando que aquella ola no
tenía un centro como lo tienen ellas, o que “su sensibilidad como la de la mujer se propagaba en ondas”. Luego aparecen los celos, pues aquel hombre obsequiaba
a su dama objetos que no vacilaban en sumergirse en sus entrañas, con estos
inquilinos en su cuerpo ella aprovechaba para humillarlo y debilitarlo, lo que hizo
que se despertarse en él un odio inexplicable haciendo que volviera en si
temeroso y rencoroso. Finalmente el invierno no se hizo esperar, su fémina se
volvió fría, escandalosa, revuelta, provocando la huida de aquel hombre a la
libertad, cuando al fin regresa, encuentra que su peculiar dama es una estatua
de hielo, estatua que depositó en un saco y vendió a un cantinero para enfriar
botellas; aquella ola fue presa de la muerte, del olvido, de la quietud del
sentimiento.
Esta obra nos acerca un poco a los aportes de Sigmund
Freud quien entre líneas expresó que la irrealidad contiene mayor perpetuidad
que la misma realidad, razón por la cual y en relación al cuento de Paz se nos
plantea un paisaje amoroso algo irreverente y desenfocado, pero bastante
cercano a la vida misma. Mi vida con la
Ola es una rica obra de múltiples y maravillosas interpretaciones, nos
insinúa el acontecer en las relaciones de pareja, en sus diferentes estadios.
Aquella ola entre otras tantas interpretaciones, es la
representación del sentimiento que cuenta con variaciones de nivel, fuerza,
tamaño, potencia y, que por uno u otro motivo termina, el frio es el cáncer que
carcome el afecto y cada enamorado, decide si se disfraza de luto y se queda en
la fiesta del duelo, o por el contrario, como nuestro protagonista, abandona el sentimiento sin
ningún escozor a la vuelta de la esquina.
1. PAZ, Octavio. Entrevista realizada el 26 de junio de 1977. España. Entrevistador Joaquín Soler.
Por: Diana Ospina Monsalve